Un mes atrás, el kilo de zapallito verde costaba en Córdoba $10. El tomate llegó a $16 y la papa, hasta $5. Los productores se defendían de las críticas de la gente y refutaban: "Cuando tenemos que dejar tirada la verdura en el suelo porque es más caro levantarla que venderla, nadie viene en nuestro apoyo".
Hoy, el zapallito cuesta $1, el tomate $2 y la papa, $1,50.
¿Es el frío la única causa de semejante dispersión de precios? ¿La mano de obra? ¿La demanda?
Cuando las verduras subieron, los medios y doña Rosa hablaron de inflación. Ahora que bajaron ¿debemos diagnosticar deflación?